¿Qué sabor tiene de la espiga el borde
donde el grano hincó la hostia con la furia destetada de nonatos píos?
¿Dónde se ha roto por Dios la primavera
de tu papel higiénico, sin defecar tu ilustre porquería?
¿Qué sabor tiene en la punta de su lengüeteada mórbida
la herida del costado en esa pija pía?
¿Qué cíngulo abrías en el oasis de las dunas
para el engaño de las arcas de blancos calzoncillos y maníes?
¿En qué perforación del cinturón ese pichón
pasó por el agujero sin pagar el diezmo
que incluso cagando no cabía?
Son preguntas que diluvian
bajo el kiosco de la esquina
y golpe en pleno hocico de la misa Karadima.
Bendita orina clara
do Cachupín paró su pata
mejor que tu opaco bautisterio de fanáticas beatas
Los lazos del rosario
a los desnudos pies de sor María
son acólitos que lavan tus pecados
y fueron ellos menos rudos
que el nudo de Gordión
desatando tu feble celibato.
Víctima de madrugada eran los chupones
en los pulpos cuellos de tus púlpitos pupilos
con anales bendiciones
Condenado a la oración perpetua,
pídele perdón al sordo
contemplando la mirada de ese Crío en el pesebre.
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